El estado de Nuevo México está localizado en la región suroeste de Estados Unidos. Ha sido habitado por Indios Americanos por muchos siglos. Tiene el porcentaje más alto de Hispanos (45%) y es también el estado tercero con el mayor número de Indios Americanos.
La capital de Nuevo México es Santa Fe, la cual fue establecida al pie de las Montañas Sangre de Cristo alrededor del año 1608. La ciudad más grande es Albuquerque. Uno de los ríos mayores es Río Grande, el cual desemboca en el Golfo de México, cerca de South Padre Island.
Durante la Segunda Guerra Mundial, las primeras bombas atómicas fueron diseñadas y fabricadas en Los Alamos, cerca de Santa Fe. La población creció enormemente después de la guerra, subiendo de alrededor de 530,000 en 1940 a casi dos millones de habitantes en la actualidad. Las áreas de empleo principales son electrónica, centros de llamadas y casinos Indios. También es un gran productor de petróleo y gas natural.
Mi buen amigo y hermano Masónico Tom Ball me invitó a visitar Santa Fe y yo acepté con gusto. Santa Fe es un pueblo único y hay varios factores determinantes que confirman esta realidad. Primeramente, la arquitectura es differente. Las casas originales estaban hechas de adobe, un material compuesto de arcilla y paja de color beige, con esquinas redondeadas y piezas contrafuertes en sus bases. Hoy en día, la mayoría de los edificios en Santa Fe están fabricados de concreto, pero el exterior guarda esa apariencia de adobe, y están pintados del mismo color. Segundo, no hay edificios elevados y las calles son usualmente estrechas y curveadas, luciéndola muy pintoresca. Y por último, el arte es increiblemente asombroso, contando con más de doscientas galerías.
Al llegar, estacionamos el auto en una plazoleta donde casi todos los edificios son galerías de arte. La primera que visitamos tenía fuera de la entrada una escultura de bronze de tamaño natural de una India con su capa azul, la cual parece darle la bienvenida a los turistas. El delicado diseño de sus mocasines, el detalle de las arrugas de la capa y todo el trabajo minucioso de la escultura en general, realmente es difícil de explicar. Después de ésta, mi primera impresión del arte de Santa Fe, el paso apropiado fue encaminarnos a Canyon Road, una calle de varias cuadras con docenas de galerías a izquierda y derecha. Yo creía que las primeras galerías eran lo mejor de Santa Fe, pero me aguardaba una agradable sorpresa. Parecía que cada galería que visitábamos superaba a la anterior. Yo hubiera querido pasarme toda una semana observando las distintas galerías, pero el tiempo era limitado y teníamos que seguir. Se necesita por lo menos un mes para poder apreciar la magnitud del arte excepcional de Santa Fe.
Yo he visitado cantidad de galerías de arte en el pasado, pero la calidad de estas pinturas y esculturas supera inmensamente todas las anteriores. Fue un verdadero banquete para la vista y una inspiración para hacerme crear mejores pinturas en el futuro.
El arte culinario de Santa Fe también es impresionante. En todos los restaurantes que visitamos la comida era estupenda, aunque un poquito elevada de precio.
El arte culinario de Santa Fe también es impresionante. En todos los restaurantes que visitamos la comida era estupenda, aunque un poquito elevada de precio.
Uno de los lugares más conmovedores de Santa Fe es la Iglesia Loretto, que está cerrada para servicio religioso pero permanece abierta para los turistas. El edificio de dos pisos encierra uno de los misterios más intrigantes jamás contados. La historia relata que las monjas de la iglesia tenían mucha dificultad en subir por la escalera interior a la tarima del coro. Empezaron a solicitar un carpintero, pero todo el que venía les informaba que no había suficiente espacio para fabricar unos escalones. Una afortunada mañana, un viejo carpintero se presentó y les explicó que él podría construír una escalera de caracol. Y así lo hizo. Fabricó una escalera circular simétrica que desafía todas las leyes de ingeniería. ¡La escalera no tiene una columna de soporte en el centro! Realmente parece un verdadero milagro que esta alta estructura no se desplome. La historia acaba con la desaparición del viejo carpintero, que nunca le cobró a las monjas por su maravilloso trabajo.
La Catedral de San Francis, la cual, contrario a la tradición española, no se encuentra frente a la plaza principal, fue comisionada en el año 1869, pero tomó más de 15 años para terminarse. Está diseñada en el estilo Romántico Francés, aunque tiene unas inexplicables ventanas moras, lo cual la hace más atractiva.
El Palacio de los Gobernadores, construído en 1610, es una estructura de adobe y sí está al cruzar la plaza. Ha servido como casa de gobierno de Nuevo México por varios siglos. Es el edificio público de contínua ocupación más antiguo en los Estados Unidos.
El edificio más alto de la ciudad es el Hotel La Fonda, el cual ocupa una cuadra completa y asemeja un pueblo Indio.
Después de un par de días en Santa Fe, decidimos hacer varias excursiones para conocer sus alrededores. Primeramente fue al famoso pueblito indio de Taos (esto merece otro escrito) y después al desfiladero del Río Grande, el cual es cruzado por un puente a 650 pies de altura, haciéndolo el quinto más alto de los Estados Unidos. La vista del río desde el mismo es espectacular. El puente ha sido escenario de varias películas, entre ellas, Natural Born Killers, Twins y Wild Hogs. También ha sido el sitio de varios suicidios.
De aquí partimos para el Moreno Valley, con su lago plácido y rodeado de montañas con las cimas cubiertas de nieve. Palisades es una pared de roca altísima muy impresionante. Forma parte del Parque Estatal del Cañon del Río Cimarrón.
De vuelta en Santa Fe, visitamos lo que para mí fue la mejor de las galerías. Algunas galerías tienen un patio con varias esculturas, pero ésta no tenía un patio, más bien parecía un parque, con un laguito lleno de peces, tortugas y patos y hasta un par de cascadas. Y con más de 40 esculturas de todo tamaño y forma. Y la galería por dentro era también fascinante.
No puede haber un viaje a Santa Fe sin comer en el Coyote Café. El almuerzo fue delicioso, con porciones abundantes y precio razonable. La cerveza oscura local era muy buena también. Desde este restaurante, en un segundo piso, se puede ver el parque y en la esquina el otro restaurante famoso de Santa Fe, Pascual´s, con sus deleitables desayunos.
En total, fue un viaje fantástico. La compañía no podía ser mejor, la comida fue extraordinaria, las vistas maravillosas y el hospedaje muy placentero. Pero es el arte, definitivamente, el punto culminante de esta aventura de cuatro días. Ahora comprendo por qué mi buen amigo Tom regresa a cada rato.
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